lunes, 27 de septiembre de 2010

__viajando a BCN.............


Cuando uno entra en una ciudad...

se encuentra en sus calles con los visitantes anteriores. Las huellas en los caminos se acumulan.


La ciudad es un organismo lleno de memoria, tiene un tiempo vital propio intermedio entre lo mineral y lo biológico y, cuando entramos en una de ellas, debemos ser conscientes de que lo más antiguo que poseen son las calles que pisamos.

En las ciudades todos somos peregrinos de santuarios fugaces o banales, aunque vivamos en ellas, aunque hayamos nacido allí. Necesitamos refugio, hospitalidad. Necesitamos la simpatía de los desconocidos, ir memorizando sus nombres, sus costumbres, sus mitos.



En la ciudad siempre alguien está despierto. A la ciudad no la vence la noche ni el invierno, en algún reducto hay calor y luz.







En las plazas, calles, caminos, la ciudad nos acoge. Espacio público, espacio de todos. Espacio de múltiple y complejo uso. A todos debe servir, a residentes y turistas, a jóvenes y viejos, a enfadados y risueños, a profesores y borrachos, a diletantes y enamorados. Todos tienen un tiempo, un ritmo, un pulso propio y todos necesitan que la ciudad se adapte a esa singularidad.

La ciudad es un fruto, no un producto, contiene tiempo, no es algo acabado sino variable, que se transforma con el tiempo.

(...) "Escribo para que el agua envenenada se pueda beber". (...)

Podemos leer la ciudad como una suma de recorridos, un fluir de espacios que se acercan al ciudadano a la satisfacción de sus deseos y a la resolución de sus problemas.

Este es el punto en el que quiero centrarme ver el barrio de Ciutat Vella como resultado de una suma de recorridos, así me gustaría proponer un plan de itinerarios cuyo fin sea el de filtrar la complejidad de los fenómenos urbanos para hacerlos entendibles, claros, para que se hagan transparentes.
El hecho de haber podido visitar el nucleo de manzanas me ha sorprendido positivamente, ya que a pesar de ser un barrio con arquitectura un tanto deteriorada, tiene ciertos puntos que son potencialemente atractivos, como son su gente, las pequeñas sorpresas de las fachadas, el trazado acogedor de las calles, etc, al contrario de lo que podíamos imaginar de lo que leiamos a través de internet.
Así pues con el fin propuesto anteriormente, pretendo hacer una actuación mínima sobre las calles, la cual solo promueva la mejora arquitectónica de sus espacios y sus fachadas; y una actuación más vasta e intensa en los dos solares vacíos que tenemos y en la plaza de la Llana, en estos espacios pretendo crear zonas de estancia (las cuales me parecieron inexistentes en toda nuestra zona de actuación) y potenciar la afluencia de jóvenes estudiantes y artistas, pudiendo crear incluso viviendas para ellos en estos recintos.